El título me recuerda mi niñez: 'La Gringa' es mi hermana y 'La Negra', yo. Las personas dudan al vernos juntas. Yo digo sonriendo: "Hermanas de padre y de madre".
'La Negra' de este artículo es Analí Gómez, otra peruana considerada entre los grandes valores del surf nacional que se ha convertido en la primera hispanoamericana en llegar a la tercera ronda de un torneo mundial, demostrando un gran potencial.
Hija de un pescador de Punta Hermosa, cariñosamente, 'La Negra' abrió una nueva página de triunfos para el surf nacional cosechando victoria tras victoria.
A 'La Gringa', la afición nacional la admira y la aplaude por sus merecidos laureles cosechados con esfuerzo, sacrificios, lágrimas, mucho optimismo y trabajo arduo.
He leído muy buenos titulares: "Nuestra campeona y surfista Sofía Mulanovich tras la corona", "En las olas estará ella furiosa, retadora", "Chévere, Sofía", "Peruana de pura raza". Todos muy merecidos. Lo que me llamó la atención fue una carta de Sofía para su entrenador Roberto Meza, sin saber que se publicaría:
"Muelitas":
Quiero empezar este correo dándote las gracias por haber confiado en mí durante todo este tiempo. Por siempre haber estado ahí, a pesar de que las cosas no me salían como esperaba. Siempre lo viste en mí, supusiste que algún día me sentiría una ganadora. Te juro, 'Muelitas', que por poco me doy por vencida. Estuve a punto de dejar esto. Ahora he logrado cargar un trofeo, ya eso es suficiente inspiración para seguir adelante. Las cosas me comenzaron a salir bien en el momento justo, y ahora sé que esto es lo que quiero hacer: quiero ser la mejor del mundo, ser invencible. Tal vez no lo pueda lograr, pero lo intentaré. Es raro cómo uno va consiguiendo sus metas y cómo pasa el tiempo tan rápido. Todavía siento como si estuviera corriendo en La Playita de Punta Hermosa, pero ahora estoy firmando autógrafos y rodeada de gente todo el día. Pero yo sé quién soy y nada de eso se me va a subir a la cabeza. Bueno, ya, mucho palabreo. Solo te quiero agradecer por ayudarme a ser la persona que soy y nunca haberte rendido".
Leer un agradecimiento o un reconocimiento de las personas que logran la fama, poder o un puesto jerárquico, desgraciadamente, no es usual. Por eso, la carta de Sofía es una demostración de su calidad personal, de su educación, de los valores que predica con su actitud. Ojalá que los jóvenes que la admiran y la siguen la imiten con este ejemplo digno a seguir.
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